SAN JUAN, REPÚBLICA ARGENTINA

 

  • "No hay que temer a los que tienen otra opinión, sino a aquellos que tienen otra opinión pero son demasiado cobardes para manifestarla."

CAPITULOS 16 AL 20

SIN PALABRAS

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CAP. 16

LAS HUELGAS DE HAMBRE

Antes de ser alumno de la escuela de los revolucionarios o preso político, vivía con atención y acompañaba mentalmente a los presos políticos del mundo cuando realizaban huelgas de hambre.

Era tal mi desconocimiento de la vida que aceptaba todo cuanto se me mostraba como verdadero.

Todavía no había escuchado el tango de Eladia que dice que “el lirismo es un billete sin valor”. Cada vez que lo recuerdo se me retuerce la mente por lo tonto que fui: mucho más si recuerdo a dos hermanos que estaban en el pabellón, bien bajitos y que alardeaban de super machos y en la tortura habían entregado hasta el apellido. El más joven cantaba “Sueño de barrilete”, lo hacia bien.

Pero antes de eso vayamos a los comienzos.

Luego de ser blanqueado y siendo alrededor de 25 los presos políticos, nos trasladaron desde la cárcel de Devoto hasta la cárcel de Caseros vieja, la U. 16 donde años más tarde se grabaría para la televisión argentina  el folletín “Tumberos” con un poquito de verdad y mucho de fantasía. Recordemos que los travestis y homosexuales no están junto a la población penal “hetero” sino que están en pabellones separados y que el preso común ante necesidades sexuales urgentes, simplemente viola al más débil. Esto se lo calla el violado y el violador. Pero el sistema lo sabe

A los presos políticos del gobierno democrático del general los destinaron a un pabellón grande, con camas de cemento y mesadas fijas del mismo material. En el techo en lo que sería la parte central había como una prolongación con cuatro ventanas amplias por las que siempre había un guardia mirando. Defecaras, bañaras, comieras o durmieras siempre te miraban. No podías siquiera acariciarte a solas. Creo que había algunos a los que les gustaba mirar demasiado.

En razón de ese traslado se inició una huelga de hambre que duró 45 días, teniendo características muy particulares que muestran de que manera se lucha por la supervivencia.

Existen dos formas de hacer las HH.

Cuando se habla de huelga de hambre se refiere a tomar líquidos; mate, mate cocido o te, dulces o amargos y a disolver en la boca, de vez en cuando, un granito de sal gruesa para evitar una rápida deshidratación.

En tanto que cuando se dice “huelga seca”, es absolutamente sin beber ni comer nada. Así hasta que se obtiene algún resultado o se llega a la muerte como ocurrió con aquel preso irlandés que en los años 70 murió por la insensibilidad de los opresores de su pueblo. Hablo del gobierno colonialista inglés.

Ocurre que también se puede iniciar la medida de protesta con la primera y en caso de necesitar acentuar el alcance o para lograr determinado efecto propagandístico se pasa de la una a la otra.

Así  sucedió en Caseros en aquel mes de mayo de 1974.  

Cuando esto ocurrió yo tenía 23 años y ninguna experiencia en política por lo que se ha visto. Todo se produjo con una rapidez vertiginosa desde septiembre del ´73 a enero del ´74 y para mi cada detenido por razones políticas tenía el mismo valor que otro en cuanto a persona. El tema de la igualdad me había prendido fuerte por las enseñanzas de “Carlos”.

Me había convencido de que un cambio profundo era posible, que se podía cambiar al mundo y entonces habría igualdad entre los hombres, no habría pobres sufriendo por no tener ni comida, ni casa, ni ropas, ni nada. Toda una mierda de mentiras. Pero en su momento lo creí. Siempre hay gente que a partir de una verdad elabora una mentira que le permite vivir, aunque de manera circunstancial, precaria y de manera exigua a costa de la credulidad de terceros ignorantes.

Mi sorpresa fue cuando descubrí que se elegía a determinada persona para iniciar la huelga seca y comenzaba a moverse el aparato propagandístico afuera.

El elegido fue Eduardo Anguita.

Eduardo era un oso grandote que, en libertad, jugaba rugby, era estudiante y estaba casado con una chica de origen italiano. Tenía una voz de barítono y fumaba  muchísimo. Podría considerárselo como un intelectual en ciernes, buen analista de la situación nacional y a veces bastante caprichoso.

Tengo un recuerdo especial de su mamá a quien pude conocer y que me dejó un beso que siento cada vez que la evoco. Al igual que a la vieja querida de “manzanita”, la esposa de Percy o la esposa del Zoilo y a tantas otras que fueron mi salvavidas cuando me sucedió algo, que luego contaré, en esa cárcel.

Volvamos a la huelga.

Cuando el efecto de la huelga seca se produjo en el gordo Anguita, lo llevaron a la enfermería para ser atendido. De acuerdo a lo que recomendaba la “dirección”, no debía aceptar se le inyectasen sueros hidratantes o sólo que se los administrasen de manera compulsiva.

¿Cuáles fueron los motivos que decidieron la huelga?

En realidad no los recuerdo en su totalidad.

Uno era el desplazamiento del que se nos hacía objeto habiendo quedado como rehenes de las FF. AA y esto se demostraría en los meses venideros  en los que seríamos trasladados desde Caseros a Resistencia en el Chaco y desde allí a Río Gallegos. Luego desde esta cárcel a Devoto y finalmente desde aquí hasta Rawson donde permaneceríamos, algunos, varios años hasta el penúltimo año en que a mi me trasladarían dos veces más. Una desde Rawson a Caseros U. 1 y vuelta. Permaneciendo varios meses en el último piso en el pabellón de emergencia o de castigo para que se entienda, lado opuesto al río, hacia Pichincha, desde donde se podía ver que desde los edificios cercanos y en determinada hora, algunos de sus habitantes realizaban exhibiciones  de sus cuerpos desnudos dirigidas a los presos que, motivados de esta manera, recibían la visita de Onán acompañado de Manuela Pagés viuda de Palma y todos felices…siempre y cuando no fueran descubiertos por algún yuga que los enviara a las celdas de castigo como si él nunca se hiciera la bienhechora y relajante pajita.

¿Por qué será que siempre creemos que el resto de los hombres es estúpido y esperamos siempre que crea lo que afirmamos respecto de la manuela?

Lo niega el milico, el gendarme, el marino, el prefecto, el policía, el carcelero, el cura, el monje, el pastor, el testigo, el mormón, el pai, el empresario, el gerente, el médico, el abogado, el ingeniero, el arquitecto, el enfermero, el estudiante, el librero, el zapatero, el lustrabotas, el quiosquero, el canillita, el carnicero, el verdulero, el dependiente, el mandadero…todo mundo. Nadie asume que en algún momento volvemos a recordar viejas y queridas prácticas. La pajita, hermano, es lo que siempre tenemos a mano, valga la redundancia.  En fin.

El otro motivo que recuerdo era la precariedad y las malas condiciones en que fuimos alojados en la vieja cárcel de Caseros. Creo que ya me referí a las características del pabellón donde fuimos alojados.

El primer día de huelga de hambre y siendo tan jóvenes,  como la mayoría lo éramos, lo vivíamos con una relativa euforia que nos permitía imaginar el hecho como parte de un algo heroico que hasta nos permitía sentir el aliento “del pueblo” que nos acompañaba. En realidad desconocíamos que  la gran mayoría ignoraba lo que nos ocurría debido a que desde los grandes medios de comunicación había una total ausencia de información traducida en noticia.

Existía sí la información que se volcaba a través de los escasos medios con que se contaba en ese momento como volantes, panfletos, etc., nunca suficientes además de ser inefectivos  porque la gran mayoría tiende a rechazar todo lo que le entreguen desde algún sector que denuncie algo en serio. Excepto, claro, que sea un chismerío. 

Téngase en cuenta, por ejemplo, lo ocurrido con el gobierno  de Cámpora – Solano Lima que fue derrocado por el propio peronismo a días de asumir. ¿Alguien analiza objetivamente ese suceso como una acción antidemocrática que no respeta la decisión de la mayoría de los argentinos que eligieron la fórmula y la votaron?

No.

Porque necesitan seguir creyendo que eso fue decidido por el anciano general quien en realidad ya no razonaba sino como una persona enferma que pronto moriría.

Todo era decidido por el entorno de “Lopecito” que generó el “micro clima” que más adelante denunciaría el Chino Balbín y que tanto daño hizo a todos y cada uno de los argentinos.

Argüirán de cualquier manera tratando de descalificar esta opinión más no podrán negar que es válida.  

A medida que avanzaban los días y el organismo reaccionaba a lo nuevo, todo el lirismo se iba al demonio. Por no decir a la mierda.

Mate y solo mate  a lo largo de los días y la lectura de los “clásicos” ayudaban a soportar el esfuerzo de no comer.

Poco a poco se iba descorriendo un velo oscuro que me mostró de pronto lo erróneo de la acción que me llevó en un par de meses de ser un agente federal a ser un preso político casi sin comerla ni beberla. Es decir sin entender nada en absoluto y por el solo hecho de la relación particular que tenía con “Carlitos”.

Tal como ocurrió en el seno de la iglesia católica, en las diferentes órdenes religiosas por las que vagué buscando un lugar que me contuviera y me hiciera sentir persona, entre los “revolucionarios”  era evidente tampoco lo encontraría.

Aquí seguían con la misma práctica que tienen todos los partidos políticos. Importa poco la persona humana como tal.

Para la religión en cuanto organización proselitista pareciera ser que solo importa el número y el aporte del número como pagador del diezmo  o dador de  limosna. Si no pagas no serás salvo y si descubren que eres pecador te echan olvidando que el Salvador vino a ofrecer su vida para salvación de los pecadores y no para redimir a los justos. Si fuese lo último deberán aceptar que semejante sacrificio no tiene valor alguno.

En cuanto a los políticos es lo mismo.

La persona no importa en tanto persona.

Transcurridos 25 o 30 días el cuerpo acciona más por inercia que por voluntad del individuo. Se plantea una disyuntiva que se resuelve de manera práctica.

El Partido necesita destacar a alguien en particular y elige a uno de sus miembros. En este caso es Eduardo Anguita que ha demostrado, sin pasar por la tortura, etc., que es un miembro fiel y que garantiza la continuidad del proyecto quien iniciará la huelga seca para llegar a la enfermería de la cárcel.

Cuesta un poco porque es un hombre con un cuerpo trabajado en la práctica de una disciplina deportiva, rugby, que lo hace apto para resistir la situación. Creo que va a sentir en mucho este momento decisivo.

Mientras el resto de los presos, algunos de cuerpos esmirriados, dan la impresión de  fragilidad extrema. Para un par de esos hombres el hambre es moneda corriente por lo que la huelga no significa otra cosa que recordar su vida en libertad.

En un caso sentirá el preso como nace una enfermedad que lo marcará para el resto de su existencia y ya su vida no volverá a tener el encanto que da el vivirla. El médico boliviano le sugiere que frente a los síntomas consulte a los médicos carceleros para que, estudios mediantes, confirmen o no lo que el le pronostica. El Osito pide atención médica, previa consulta con “la dirección”.

Uno de los presos es Luis Arturo Lea Place, hermano de la joven Clarisa Lea Place que fuera asesinada en la base Almirante Zar de Trelew junto a otros hombres y mujeres aquel 22 de agosto de 1972 y que pocos son los que ahora recuerdan; Luis estaba herido, había recibido un balazo en una acción militar resultando con los huesos fracturados en el brazo derecho por lo que estaba enyesado.

Luisito era un tipo querido  y respetado por todos. Es evidente que su nivel intelectual es superior al común del resto de detenidos aunque destaca su humildad.

Como condición para lograr su recuperación los médicos carceleros le habían dicho que debía comer y no participar de la huelga por la aparente fragilidad de su estructura física

Por ello  recibía a diario la comida que generalmente consistía en un bife acompañado de verduras  hervidas y la leche. Diferente a la tumba diaria

La lucha por la supervivencia es una constante en el ser humano que defiende su vida a cada instante. Ni siquiera una persona fuera de sus cabales lucha para morir. Lo veremos en cada uno de los presos a lo largo de casi diez años

Luis jugó un papel importante en esta etapa. Su manera de participar de la huelga tuvo matices particulares.

El médico boliviano sugirió hacer algo para garantizar la vida de cada uno de los participantes de la huelga de hambre y esto fue aceptado por “la dirección”.

De la ración de comida de Luis se separarían tres cuartos de la papa y la misma cantidad del pedacito de zapallo que completaba la dieta en cada una de las comidas y esta partecita se entregaría, mediante una rotación cuyo control tendría el médico,  a los huelguistas.

Uno solo rechazó la decisión y no aceptaba su parte cuando le tocaba. No recuerdo su nombre. Era un hombrecito flaco que caminaba con las puntas de los pies hacia fuera, al estilo de los bailarines de ballet o más parecido al gran Charly. No el falopero delirante que todos convierten en ídolo de no se sabe qué sino el del cine mudo. Este hombre era oriundo de Córdoba, jugaba muy bien al futbol pero  tenía un defecto feo. No había forma de lograr que se bañara cuando volvíamos del recreo. No era el único espécimen con estas características que encontré a lo largo de mi paso por la cárcel

No todos los días el plato de Luisito traía papa y zapallo. A veces era verdura verde que no era distribuida por dejar residuos en el estómago o fideos o arroz. Ese día, aunque nadie lo manifestara se sentía la falta. Imagino que a aquel que le tocaba y esperaba  con ansias la frustración era tremenda.

Mirado desde este tiempo parece una nimiedad pero si nos ubicamos en la situación y teniendo presente que había transcurrido un poco más de un mes de la huelga de hambre podríamos comprender la acción y el sentimiento.

Llega el día en que el mate deja de tener ese sabor especial que le encontramos los argentinos y ya no se quiere saber de él porque es lo único que se bebe. El cuerpo lo rechaza

Llegó el día de quiebre para Eduardo Anguita y al comprobarse que el grado de deshidratación está en niveles de riesgos ciertos y serios, los médicos carceleros ordenan la internación en la enfermería. Obvio es que afuera se movió el aparato de prensa pero de verdad no se medir el resultado que se alcanzó. Si mal no recuerdo creo que algo se dijo en los medios de comunicación que en ese momento eran todos peronistas o seguidores del régimen.

Había un profesor de educación física entre los detenidos que debió ser alojado en la enfermería porque comenzó a padecer convulsiones por un problema en el estómago.

 Como el ya se conocía hubo de indicarles a los médicos lo que necesitaba porque estaban bastante asustados. Le aplicaron un antiespasmódico  inyectable y fue la solución.

La huelga siguió hasta el día 45 y al final todo siguió igual porque a los días muere el anciano general y otra vez el traslado. Esta vez a Resistencia en el Chaco. 

CAPITULO 17

DIME MUERTE CUANTOS TE LLEVASTE…