MORIR EN LA HORQUESTA

MORIR EN

LA HORQUETA

Juan Quiroga

 

CAPITULO I

LOS PROBLEMAS DE ALIGATOR

Rayano está el mediodía del sábado 1 de febrero en el que a pesar de cualquiera objeción hay una febril agitación.

En el principal despacho de la Casa de Gobierno provinciana se vive un clima singular. La sensación de que este día 1 de febrero de 1997 es distinto a todos se cumple no porque sea una ley de la lógica pura a la que subraya la dialéctica heracliana.

Nadie en absoluto piensa en términos filosóficos cuando sobre la provincia se abate el tórrido calor seco que provoca el viento zonda.

La sensación de asfixia oprime a todo aquel que no resiste el efecto alucinante que produce el calor del zonda en febrero. La piel se siente seca y como cubierta por la tierra que se mete por todos los intersticios de las casas y de las personas. La sensación que se tiene es la de estar dentro de un horno.

El principal despacho es el del gobernador remodelado recientemente invirtiendo de manera inteligente los dineros del Estado. Aunque a nadie guste, es necesario que se cuide la figura del primer magistrado porque esta es la visión primera, por la que se valora, se evalúa, se mide y califica una provincia, un Estado, un país.

Quien tiene la posibilidad de mirar anticipadamente a la historia puede ver que pronto la sin razón de los insatisfechos hará que toda esa inversión de los dineros públicos resulte dañada y las costosas alfombras terminen soportando el peso de colchones, muletas y atados de leña producto de una concepción absurda sobre la conducción de un gobierno

Pero no nos anticipemos. Tiempo habrá de sobra para analizar el absurdo por el absurdo mismo.

De acuerdo al nuevo diseño, el amplio despacho gubernamental tiene dispuesto un amplio escritorio en forma de ele. Detrás un importante sillón, que no es el original del Maestro, pero que lo representa con sentido de modernidad.

Hacia el frente a modo de  antesala un juego de sillones y mesita ratona. Hacia el costado izquierdo un ventanal grande y una puerta de ingreso a un sector privado,  mientras que al derecho una puerta comunica con la secretaría privada. Detrás del escritorio una foto importante de un militar, del Líder y una bandera argentina. La bandera provincial todavía no fue creada.

De espaldas, mirando a la foto, con las manos hacia atrás está parado un hombre que reflexiona en voz alta. Es el gobernador

- No entiendo, en verdad, como se está complicando este presente que                                                                               parecía tan promisorio. Todo análisis hace concluir en que los tiempos que se avecinan serán muy difíciles. Hemos ganado las recientes elecciones por una abrumadora mayoría y sin embargo pareciera ser que no tenemos el mismo apoyo de la ciudadanía que en las anteriores. El nivel de desempleo se acentúa, la inflación aumenta y los salarios se deprecian. Tendremos que convocar a urgente reunión de gabinete para tratar de encontrar al menos un paliativo a todo esto que está pasando. Ver de qué manera le planteamos al turco este problema. Tenemos que saber controlar esta situación…

Gira sobre sí mismo, camina pensativo por el salón. Finalmente se decide  y llama al secretario privado…

- Que venga Juan Sapín…- Pide por el intercomunicador

Se pasea nervioso recorriendo el despacho para luego ocupar su sillón tras el escritorio. Dos golpecitos a la puerta anticipan el ingreso al despacho del secretario privado

-¿Me llamaste, Jorge Albertuchi?

-Así es…- Hace pausa. Se levanta y camina nervioso – Mirá, Juan Sapín, necesito que llamés a todos los ministros de manera urgente a una reunión de gabinete para esta tarde a las 17 horas. Quiero que también esté  el vicegobernador y todos los funcionarios de segundas líneas ¿Está claro?

Juan Sapín, el secretario privado, asiente pero no deja de sentirse extrañado. A Jorge Albertuchi, el gobernador reelecto, que eligieron los comprovincianos, lo conoce tan íntimamente que percibe de inmediato que algo ocurre, que es muy importante y preocupa grandemente a su “amigo “

- Sí. Muy claro – El hombre amaga salir y se vuelve, vacila antes de hablar y responder al gesto interrogante del gobernador -  Esta el secretario de seguridad y pide hablar en privado con vos ¿Qué le digo?...

El gobernador irritado contesta

- Si no es una cuestión de estado, que espere. Tengo   otros temas realmente importantes que tratar – Cambia el tono de su voz - ¿Vino la gente de la empresa minera? Me interesa ese tema que significa ingresos importantes para las arcas provinciales y el desarrollo minero por excelencia. Si esto se concreta pasaremos a ser la primera provincia del país que recibe tantos millones de dólares como capital de inversión a futuro.

El interés por el desarrollo minero en la provincia no es sólo de este gobernante sino que cada uno de los que ocuparon el sillón del Maestro, buscaron activar ese polo como factor determinante de la economía provincial. Quien lo logre tendrá asegurado su presente, su futuro para sí y para toda su descendencia no solamente en el aspecto político  sino también en lo económico per omnia saecula saeculorum

Mientras le responde al gobernador, Juan Sapín, presta atención a los posibles cambios gestuales del mismo

- Llegó parte del directorio. Falta el gerente George Beerd  solamente.

- Tan pronto llegue  que pasen a la sala de situación y me avisas. Ocúpate de  que se les atienda muy bien. Ah, Juan Sapín, que protocolo tenga todo dispuesto para la entrega de las distinciones.

- No te preocupes Jorge Albertuchi, tengo todo controlado. Ah, está el ministro de  Producción y Desarrollo en el privado. Ingresó por  la puerta lateral y nadie lo ha visto

Juan Sapín observa que la noticia brindada no afecta ni modifica en las facciones del hombre la dureza de sus gestos.

-Que pase  

 El secretario sale del despacho pensando que debe ser efecto del viento zonda, mientras el gobernador queda expectante.

En seguida entra un hombre de mediana estatura, semi calvo y su escaso cabello cortado muy al ras. Con paso seguro entra el ministro con una importante cantidad de carpetas bajo el brazo.

-Ah, Benito Venite ¿Cómo estás?

- Bien gobernador, buen día. He traído los decretos que me pediste redactara. Ya están analizados por el equipo de  asesores. Los abogados opinan que  resisten cualquier objeción de la oposición que, dicho sea de paso, puede llegar a pedir mi interpelación

- Eso ni lo dudes, Benito Venite. Como siempre y al solo efecto de buscar prensa habrá de manifestarse la oposición…- En un tono reflexivo completa -  Como siguiendo un manual del político.

El ministro extiende sobre el escritorio algunas de las carpetas que trae

- Pero no te preocupes Jorge Albertuchi, tengo argumentos sólidos para rebatir las objeciones que interpongan. Estudié perfectamente este proyecto que beneficia de manera importante a la provincia y…También, obviamente…- Deja la frase inconclusa

Rápidamente lo interrumpe el gobernador. Si entre los políticos se obvia el tratamiento o la explicitación de determinados temas non santos, estos no existen

- Si es necesario vamos a resolver en la Cámara no hacer lugar al pedido de interpelación que pueda plantear la oposición

- Sería contraproducente, Jorge Albertuchi. Muy por el contrario debemos permitir la interpelación y, sobre todo, que la Secretaría General llame a todos los medios de comunicación que reciben la pauta oficial para que traten el tema de la manera más amplia posible. Que La Jorge se encargue de dar lineamientos para la difusión.

Una amplia sonrisa se dibuja en el rostro del gobernador y hace un gesto de asentimiento. Entiende  hacia dónde se orienta el ministro. Tema planteado públicamente, por lo general no se debate. La oposición y la sociedad toda centran su atención sobre lo que no se dice. Jamás sobre lo que se expone públicamente.

“Siempre estamos buscando la quinta pata al gato mientras se nos escapan las mejores. Lo inmoral es práctica corriente y nadie lo ve porque lo hacemos evidente. ¡Bien!” – piensa el gobernador

- Si te sientes en condiciones de enfrentarlos Benito Venite, lo haremos como vos creas conveniente. ¿Algo más?

-Firmá los decretos, Jorge Albertuchi

-Ah, sí, perdón.

El ministro sigue mostrando al gobernador de qué manera habrá de influir en el pensamiento social a través de los medios de comunicación

- Creo que sería conveniente convocar a los empresarios de los medios de comunicación y que el gobernador les anuncie que ha decidido aumentarles en algunos puntos las pautas publicitarias que comunicará individualmente a cada empresario. No olvidemos que no todos los medios tienen la misma llegada a la gente. Al chiquitaje dale un mínimo y la parte importante que sea para El Diario, El Viejo Diario, el canal 88 y las dos emisoras de radio más importantes.- Cambia tono de vos-  No sé si querés contemplar en el paquete a Los Chilotes que siguen jodiendo…

-¡No!...De ninguna manera. Esos hijos de puta no merecen nuestra  atención. Por el momento nada. Primero tenemos que encontrar la forma de provocar la división de su empresa. Es un tema que dejaremos para más adelante. Le voy a decir a La Jorge que prepare algo en la Secretaría de Información

- Como vos digas, Jorge Albertuchi

El gobernador recuerda un momento determinado de la relación con los empresarios radiales a que se refieren y se lo recuerda al ministro

-Tan pronto ganamos las elecciones, vino a mi casa el chilote negro. Desde su emisora habían trabajado en la campaña en apoyo nuestro y pusieron todo su aparato. El chueco, la amante a la que le dicen la ñata, “ladrona de oxigeno”, y el Tucho. Este hombre, el chueco, me plantea que quiere que designe parte de su gente en el área Rentas de la Provincia. Así me dijo “Quiero que…”. Lo paré en seco y le dije: Tené presente y que no se te olvide, el gobernador soy yo. El que elije sus funcionarios soy yo… Se levantó como si le hubiera metido el dedo en el culo y salió a las rengueadas dando un portazo. Esa es la razón de que se haya convertido en mi enemigo número uno, mientras que al socio le interesaba que la pauta oficial fuese el triple para ellos. Ni loco

Se interrumpe por el llamado a la puerta

-Adelante

Entra Juan Sapín. El secretario privado del gobernador aparece como más afectado. Es  la actitud de todo aquel que asume que es portador de una noticia muy importante y, por lo tanto, su valía personal es subrayada por la misma.

-¿Qué pasa, Juan Sapín?

-Acaba de  llegar el Presidente de Minera Silver Corporation Argentina, George Beerd. Lo hice ingresar a la sala de situación como lo indicaste, Jorge Albertuchi.

-Muy bien, Juan Sapín, al fin una buena noticia. Termino de firmar estos decretos de necesidad y urgencia que se utilizaran de inmediato y estos otros por los que distinguimos especialmente a los ganadienses, para que Protocolo les coloque la cinta patria y se los entreguemos a nuestros amigos, los gringos, de Minera Silver Corporation Argentina. Hoy cobra vida el Proyecto Velantero.

El ministro pierde las formas al manifestar abiertamente su alegría por lo que dice el gobernador

-¡Vamos Velantero todavía!

Se restriega las manos como aquel que hace muy buen negocio. Se lo ve feliz al ministro mientras que el secretario ha cambiado de plano su afectación. Ahora es portador de otra noticia de índole distinta y así lo manifiesta

- Gobernador… El Secretario de Seguridad está en la antesala…Parece bastante ansioso y preocupado

- Que espere o… ¿Es una cuestión de estado?...

- No dijo nada. Solo pidió hablar en privado…

- Que espere – Mientras habla toma una agenda y otros utensilios que seguramente necesitará en la reunión con los representantes de la empresa minera - Decile a Maringote que espere a que termine esta reunión con los gringos…Que luego lo recibo, que me interesa mucho lo que tiene para decirme…

- Está bien… Señor…

Juan Sapín tiene continuas transiciones que afectan su postura. Para el gobernador tiene un carácter singular  esta manera de ser del secretario privado y le es de suma utilidad ya que no necesita hacer preguntas puntuales ante la presencia de terceros sobre determinados temas. La gestualidad del secretario le anticipa con certeza de la importancia de lo que se trata. En política el lenguaje corporal es útil no solo para la oratoria.

-¿Algo más?...

-Ya están citados los ministros y las segundas líneas, gobernador. El único a quién no ubiqué es al vicegobernador. No está en la Cámara y el jefe de su custodia dice que salió sólo. No quiso custodia y se fue en su auto blanco, cerca del medio día...

-Tendré que hablar con el Pebete. No puede ni debe salir sólo excepto que tenga algo muy particular y privado que hacer. De todas maneras tiene que salir con custodia. Él sabe que quienes trabajan con nosotros son en extremo reservados… Bueno, Benito Venite, vamos con los gringos…

-Vamos

Salen del despacho por la puerta secundaria que comunica internamente con la sala de situación en la que esperan los empresarios ganadiences. Allí se lleva a cabo una reunión que tendrá particular significación en la vida económica y política de la provincia. A futuro las decisiones que aquí se tomen tendrán repercusión histórica y habrán de dividir la opinión de diversos sectores de la sociedad. De acuerdo al interés de cada uno será la opinión que se emita. Lo cierto es que como en toda acción política que involucra a futuro los intereses comunes, nada queda claro. Estas no serán la excepción.........IR A CAPITULO 2