Nilda Delgado es sin dudas una de las locutoras más reconocidas de San Juan. Fue marca registrada en la época dorada de la radio, prácticamente dio la vuelta al mundo con su trabajo y aún hoy se
dedica al medio en el que trabajó por 50 años; ese al que nunca pensó que podía ingresar.
"Terminé el secundario y estaba por comenzar la facultad cuando me marcó la muerte de mi padre. El tenía 42 y yo unos 20. Mi madre no trabajaba y el "mayorazgo” me hizo empezar a trabajar”,
recordó. Empezó con suplencias docentes, pero no les alcanzaba. Pensó en darle uso a la máquina de escribir que les había dejado el patriarca. "Fui al teléfono de la esquina, con fichas, para
llamar primero al diario. No se dio. Llamé a las radios y en Colón me dijeron que no había trabajos de administrativa, que buscaban locutores. ‘Ah, no’ dije yo. ‘Yo artista, no soy, ni
quiero ser’ ” recuerda entre risas por la retrospectiva.
De alguna forma la convencieron y empezó a practicar, primero en off, en la siesta. "Vino un gerente que pidió que me sacaran porque ‘esa chica nunca va a andar’. Yo pensé que era un desafío,
siempre fui un poco audaz y más para esos tiempos”, afirmó. Como no llegaba la autorización del CONFER se pasó a LV5 Sarmiento y empezó a trabajar hasta que recapacitaron en Colón. "Me dieron mi
programa "Hola, hola mujer”. Tenían unos jingles increíbles. Fue la era de oro”, aseguró. Estaba encantada de la vida, en el medio que escuchaba de adolescente, junto a las radios chilenas AM
porque "eran maestros en música y ranking”. De esas radios había escuchado por primera vez las palabras Coca Cola, Nescafé y The Beatles. "Mi padre era chapista, pero un artesano”, destacó. En
los 60, lo contrataron en Chile les trajo de souvenir una botellita de la gaseosa, un tarrito del café instantáneo y el primer disco de los Beatles. "De locos” rememora entusiasmada quizá como la
primera vez. Por ese amor musical nació el programa "Música linda”, del que derivó el slogan "con Nilda, linda, Delgado”. "Pero no por linda yo sino porque la música era linda” aclara entre
risas. "Era el boom. Teníamos operadores excelentes y creativos”, remarcó.
Y entonces vino la crisis personal. "Una se juega y me fue mal. Me casé y lo más recuperable es que fui mamá de mi bello hijo”. Pero además, en esos años muere su única hermana. "Sacrificada al
máximo y brillante, rindió la última materia en marzo y se mató en un viaje por su trabajo. La colación fue post mortem. Otro impacto. ¡Y me planteé qué hacer! Tanta muerte en mi vida, pero
también pensé ‘tenemos derecho a la vida’. Tomé a mi bebé de 3 años, separada y me fui al sur”, resumió. Era 1978, tiempo del Mundial de Fútbol y un gerente radial le indicó ir a Chubut, pero
recaló en Neuquén. "Tuve suerte. Donde llegaba, probaba y me aceptaban”. Sin embargo le pesaba estar lejos de su madre, con comunicaciones escasas o nulas. "Además del derecho del papá de ver al
nene. Cuando una es mamá, eso es lo primero”. Una vuelta que viajaba sola, el micro paró en San Rafael, Mendoza, por media hora. "Me bajé y pregunté dónde quedaba la radio” dijo estallando en
risas. Al llegar a LV4 le pidieron hacer una prueba, pero tenía que seguir viaje por lo que prometió enviarles un casette. Consiguió trabajo allí y después se entusiasmó con Radio Nihuil y con
Radio Libertador. "Me iba acercando. Así aprendí de FM. Tuve muy buenos colegas y nivel. Hacíamos espectáculos, móviles en el aeropuerto donde llegaban las visitas internacionales. Pero lo más
increíble que presenté fue Richard Clayderman y Raffaella Carrá. Fui elegida para la Vendimia en Mendoza y para el Congreso Mariano para el que nos prepararon 3 meses. El concierto más
imponente fue Amnisty Internacional en Mendoza: Bruce Springsteen, Sting, Tracy Chapman. Fue hermoso porque eso queda y te marca”. La misma huella dejó la muerte de su madre, coincidente con el
reclamo del padre de su hijo para que el niño estudie en San Juan. "Volví a empezar de nuevo en el 82. La capacidad del ser humano es increíble. Volví a Sarmiento y después Pereyra que estaba en
Colón me contrató para la FM. Era la Guerra de las Malvinas. Los sucesos históricos me marcaron también”, aseguró. También pudo rendir para ingresar a la UNSJ y compartir espacio radial con Lidia
Gómez Brum.
Dos años después, la hiperinflación volvía a chocar de lleno en las empresas, los medios y en los profesionales. Probó suerte en España, en 1987. "Estaba Luis Eduardo Meglioli. Quise
entrevistarme con la gerente de Cadena 6, pero no pude. Allá todo es posible. Las señoras grandes van de taquito, alegres, a comer las sardinitas. Fue una bella experiencia”, aseguró. Luego, otro
amigo de Nilda ofició de contacto laboral para viajar a EEUU en 1991. "La visa nos salió perfecto, y eso que no es fácil. Estuve en la época de Mujer Bonita en Beverly Hills donde grabó Julia
Roberts. Estuve en la gala transmitiendo en inglés. Vi a Clint Eastwood. Pasé por Carmel, que era su alcaldía. Por Santa Bárbara donde vivió "La” voz, Frank Sinatra. Toqué el mundo. Vi las
camaritas pequeñas, grandes cambios tecnológicos y empecé a trabajar en una radio familiar "Stereo”, en Miami. Estuve en las dos costas. Mi hijo, ya de 13 años más o menos, se iba en las
vacacione para allá porque tenía visa indefinida como yo. Pero decidí venirme porque lo extrañaba demasiado. Lucho Román me decía que él nunca pudo enganchar en EEUU y yo sí. Yo pensaba que
después de año y medio allá, haber estado en Hollywood, volver a San Juan era como en volver al subsuelo”, se acuerda.
Son amores
Nilda reconoce haberse enamorado varias veces. Algunas historias son de novela, otras más tristes. También se ha equivocado y ha sufrido. Y aún así reincide. "Creo en el amor y me gusta que la
gente luche y dé lo mejor y sea feliz. Hay ciclos, de amor, de sexo. Somos humanos todos y hay distintos tipos de amor”, asegura. "A los 40 años me hice el regalo de ir sola a Europa. Me fue bien
porque eran otros tiempos. Me gustó muchísimo un español que quería venir a conocer a mi hijo. ‘Un momentito, no puedo llegar yo con vos’ le dije. Lo mismo me pasó con un italiano, nos
enamoramos. Era viudo, yo sola, en una tratoría de Venecia. Después vino para acá y quería llevarnos. Me decía ´qué hago yo en San Juan’ y yo pensaba lo mismo de allá. Después un locutor Percy
Llanos. Fue el sobreviviente del atentado a Facundo Cabral. Trabajó muchísimo tiempo en Córdoba. Fue fantástico y se fue a Venezuela”, recuerda entre los romances que la marcaron.
De sus enamorados sanjuaninos reserva datos. Pero "el”hombre de su vida sí tiene nombre y apellido. Es el abogado penalista Maximiliano Páez Delgado, su hijo.El ancla y el timón de su vida. El
que tiró las fotos del archivo profesional de su madre para llenar ese álbum con fotos de Boca. Inimputable.
Si no fuera por ese hijo quizá ella hubiera dejado todo tras la muerte de su madre, su hermana y su padre e irse a vivir a Europa o el Caribe. "No me arrepiento. Todos son proyectos lindos, pero
lo más bello era mi hijo. Era una elección vital. Soy familiera, de sensaciones íntimas”, aseguró. Eso la llevó hasta lo impensable: rechazar tres propuestas laborales en la previa de una crisis.
La habían llamado de Bellville, de Radio Universidad de Córdoba y la entusiasmaron para Cadena 3 los sanjuaninos Rony Vargas y Mario Pereyra. En plena crisis radiofónica dijo que no. "Fijate qué
respetuosa. Él se iba a estudiar a Córdoba y me decía ‘cómo te vas a ir ahora que yo me quiero liberar’”, recordó entre risas. Luego su hijo se enamoró, ella asegura que los apoyó. "Ahora está en
vías de separarse, como ocurre en las parejas”, dijo con naturalidad.
Si ella pudiera elegir, le gustaría vivir en Mendoza. "Hay una vibra especial, tengo ganas, pero ahora me tiran los nietitos”. La voz se le hace chiquita y dulce cuando los nombra a Lautaro y
Maxi. "Tienen 3 y 1 año, la edad más tierna”, contó. Uno de ellos ya incursionó radialmente porque lo hicieron grabar un avisito de Navidad. "Le salió perfecto”, dijo la abuela con
babero.
Las nuevas generaciones
Con bodas de oro en la carrera tiene una mirada crítica sobre las nuevas camadas de locutores. "Falta pasión, las tecnologías quitan un poco eso, pero además falta la inquietud, la lucha”,
reclamó. Además, aseguró que es importante que los nuevos profesionales se cultiven mucho para lograr el equilibrio, dentro de lo competitivo del medio. Ella rindió libre en el ISER, en
Buenos Aires. "Tuve maestros de voces: Leopoldo Costa, que era la voz de Gillette para el país, Lucha Amengual, Miguel AngelMurillano de Radio Belgrano. Me estructuré, fui adquiriendo derechos y
después nos incorporamos a la lucha sindical con SAL (Sociedad Argentina de Locutores”.
¿Algún truco para conservar la voz? "Una filosofía de vida diferente. Vamos creciendo, imperfectos, nos aparecen enfermedades. Tuve 13 operaciones en una década, de locos. Entendí que tenía que
cuidarme. Actividad física, dieta semivegetariana, hice apoyaturas fisioterapéuticas, conocí grandes foniatras. Y me gusta mucho la fonética extranjera. Te ayuda a perfeccionar la voz. Algunos
dicen que parezco neutra, pero yo les digo que soy sanjuanina como el vino”, aseguró con humor. "Hay que invertir y siempre acudir a buenos profesionales. También hay que cuidarse
espiritualmente. Medito poco pero creo mucho en lo espiritual. Me cambió la vida estar en la audiencia de Juan Pablo II en el Vaticano en el 87.Me encantaría morir en la basílica de la Sagrada
Familia de Barcelona. Qué mente creadora la de Gaudí. Toda belleza y color”
"La vida te choca. Pero el mapa de mi vida lo elaboro y cuido yo”, afirmó Nilda, la voz más linda. La que se ríe de todo hasta de sí misma. La más amable, que saluda a todos y se despide con
buenos deseos hasta para los desconocidos. La que no tiene miedo.